domingo, 16 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Clandestinos en democracia
Norman Mailer.
El señor M me invita a comer. Nos conocimos en la proyección de “matar a Todos” una película de Esteban Schroeder (Chile) sobre el “caso Berríos”. El agente de la Dina asesinado en Uruguay.
Me cuenta de los dos años que debió vivir en la clandestinidad durante el proceso argentino, del exilio, la política y del centro cultural Esma. Un espacio para la memoria, en lo que fue un campo de concentración.
Me da vueltas este asunto de la clandestinidad.
Es que, en mayor o menor escala, el asunto nace en los absolutismos, los monopolios. Los ejercicios de autoritarismo de aquellos gobiernos no electos ya no son exactamente asi. Ahora son grandes conglomerados o multinacionales alineadas con un fuerte principio que, a veces, busca ser hegemónico, anulando las opciones del mercado. Eso vendría a ser la figura que, en democracia, substituye y/o perpetúa el abuso de poder.
Y también pienso en Norman Mailer , lúcido escritor silenciado por los años de Bush. Un ícono de la resistencia civil a través del periodismo y la literatura. Y en los Norman Mailers latinoamericanos. Que lamentablemente no tienen un mercado interno lo suficientemente grande como para vivir de las ventas de ese público que se informa al margen del rebaño.
Pertenecer a la casta de los clandestinos en democracia. Marginados no por una persecución evidente, sino por una tecla que dice “MUTE” y los silencia en los espacios públicos masivos. Administrados por grupos que todavía temen a la convivencia de los opuestos.
Me acuerdo cuando en mi pre-adolescencia mi papá me explicó de el señor Mc-Luhan, regalándome su libro “El medio es el masaje”. Para mí, se abrió un universo de posibilidades para jugar con los pensamientos.
- -¿Quién debe asumir la tarea de garantizar la presencia pública de todas las ideologías? ¿Existe un verdadero ejercicio de tolerancia? ¿Hay tribuna garantizada para la diversidad? ¿Es el mercado el rector más adecuado, en los países en que los medios están centralizados?
- Si los medios están en manos de una sola línea editorial es inevitable que el pensamiento crítico sea relegado a la marginalidad. ¿Qué diferencia hay entre eso y tener que ser clandestino?
- Si tu trabajo se naturaliza a través de la difusión, y ella depende de un solo lineamiento ideológico ¿No es como aspirar a una “raza pura? ¿Hay que amputarse la diferencia para acceder?
Y me quedo enhebrando una analogía entre:
a) Los costos de amputar el mensaje crítico, del medio.
b) Y los graves peligros que esta crisis financiera representa para las economías centralizadas y poco diversas.
Parece que todo indica que es más sano y menos peligroso diversificar. No solo los contenidos sino también la interdependencia económica.
Se hace más claro que el abuso del abuso hace crisis y en ella diversificar, integrar y repartir son los medicamentos inmediatos.
Me cuenta de los dos años que debió vivir en la clandestinidad durante el proceso argentino, del exilio, la política y del centro cultural Esma. Un espacio para la memoria, en lo que fue un campo de concentración.
Me da vueltas este asunto de la clandestinidad.
Es que, en mayor o menor escala, el asunto nace en los absolutismos, los monopolios. Los ejercicios de autoritarismo de aquellos gobiernos no electos ya no son exactamente asi. Ahora son grandes conglomerados o multinacionales alineadas con un fuerte principio que, a veces, busca ser hegemónico, anulando las opciones del mercado. Eso vendría a ser la figura que, en democracia, substituye y/o perpetúa el abuso de poder.
Y también pienso en Norman Mailer , lúcido escritor silenciado por los años de Bush. Un ícono de la resistencia civil a través del periodismo y la literatura. Y en los Norman Mailers latinoamericanos. Que lamentablemente no tienen un mercado interno lo suficientemente grande como para vivir de las ventas de ese público que se informa al margen del rebaño.
Pertenecer a la casta de los clandestinos en democracia. Marginados no por una persecución evidente, sino por una tecla que dice “MUTE” y los silencia en los espacios públicos masivos. Administrados por grupos que todavía temen a la convivencia de los opuestos.
Me acuerdo cuando en mi pre-adolescencia mi papá me explicó de el señor Mc-Luhan, regalándome su libro “El medio es el masaje”. Para mí, se abrió un universo de posibilidades para jugar con los pensamientos.
- -¿Quién debe asumir la tarea de garantizar la presencia pública de todas las ideologías? ¿Existe un verdadero ejercicio de tolerancia? ¿Hay tribuna garantizada para la diversidad? ¿Es el mercado el rector más adecuado, en los países en que los medios están centralizados?
- Si los medios están en manos de una sola línea editorial es inevitable que el pensamiento crítico sea relegado a la marginalidad. ¿Qué diferencia hay entre eso y tener que ser clandestino?
- Si tu trabajo se naturaliza a través de la difusión, y ella depende de un solo lineamiento ideológico ¿No es como aspirar a una “raza pura? ¿Hay que amputarse la diferencia para acceder?
Y me quedo enhebrando una analogía entre:
a) Los costos de amputar el mensaje crítico, del medio.
b) Y los graves peligros que esta crisis financiera representa para las economías centralizadas y poco diversas.
Parece que todo indica que es más sano y menos peligroso diversificar. No solo los contenidos sino también la interdependencia económica.
Se hace más claro que el abuso del abuso hace crisis y en ella diversificar, integrar y repartir son los medicamentos inmediatos.
Entonces decido aceptar la invitación al buque escuela “Esmeralda” Anclado en Puerto madero. Alli convivo con jóvenes grumetes seduciendo a jóvenes mujeres que fueron a su fiesta. Un grupo de ellos se le acerca al actor Patricio Contreras y le preguntan por la película que vieron la noche anterior "sexo con amor". Y todo parece tan diferente y raro. Me refugio en observar, en escuchar. Solo me pido obviar el cinismo. Que si la nave zarpa navegaremos, mezclados y conociénonos las diferencias, hasta que la turbiedad del riachuelo encuentre aguas cristalinas y asi de puras logren ser nuestras miradas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)